miércoles, 28 de noviembre de 2007

MIS BOTAS DE AGUA

Ya el invierno pasado me quedé con las ganas de comprarme unas botas de agua, pero como tampoco es que llueva tanto por aquí, al final entre todos me quitaron las ganas. Pero las lluvias de estas semana me han pillado siempre en la calle y no me he resistido más a la tentación: ¡ya estaba harta de llegar a casa con los pies empapados!.
Pues dicho y hecho!, a la zapateria a hacerme con un modelo que me habia llamado la atención, y…………… voila……..ESTAS SON MIS BOTAS NUEVAS.





Os lo aseguro, que bien lo pasamos por la tarde no dejando pasar ni un solo charco sin chapotear en él!!!!!!!!!!!!. Ya lo dice el dicho ese de “como un niño con botas nuevas”. No pude dejar de acordarme de un e-mail que me llegaba hace tiempo.


“Dedicado a los niños de los 70s y los 80s.
¿Cómo hicimos para sobrevivir?. De niños viajábamos en coches sin cinturón de seguridad ni airbags. No teniamos tapones con seguro contra niños en los botes de medicina; cuando montábamos en bici lo haciamos sin casco; no bebiamos agua embotellada sino de grifo,,, y algunas veces directamente del grifo…..!.
Pasábamos las tardes haciendo coches de madera o cartón y nos tirázbamos por las cuestas sin frenos!!!!. Y las heridas y chichones se curaban con mercromina o sólo un beso…, no hacía falta ir al médico. Nos cortábamos, nos rompiamos un hueso, perdíamos un diente, pero nuna hubo demandas por esos accidentes. Nadie tenía la culpa sino nosotros mismos.
Saliamos a jugar con la única condición de volver antes de que se hiciera de noche, pero aún así no hacíamos caso. Con un trozo de escayola, unas chapas, una cuerda o, directamente sin nada, éramos capaces de pasar horas y horas de juego.

No teníamos teléfono móvil así que nadie podía saber donde estábamos…..IMPENSABLE¡¡¡¡¡¡

Comíamos bizcochitos, pan y mantequilla, tomábamos bebidas con azúcar y nunca teníamos exceso de peso porque siempre estábamos en la calle, jugando. Compartíamos una bebida entre cuatro, bebiendo en la misma botella y nadie se moría por esto.
No teníamos Playstations, Nintendo 64, X boxes, Juegos de vídeo , 99 canales de televisión en cable, videograbadoras, sonido surround, teléfonos móviles, ordenadores , chatrooms en Internet; a cambio teníamos amigos.
Salíamos, nos montábamos en la bicicleta o directamente íbamos hasta casa de un amigo, sin que nuestros padres hubiesen tenido que llamar antes, llamábamos al timbre o sencillamente entrábamos sin llamar y allí estaba y salíamos a jugar.

¡Ahí, afuera!, ¡En el mundo cruel ¡Sin un guardián! Hacíamos juegos con palitos y pelotas de tenis, en algún equipo que se formaba para jugar un partido; no todos llegaban a ser elegidos y no pasaba ningún desencanto llevado a trauma.
Algunos estudiantes no eran tan brillantes como otros y cuando perdían un año lo repetían. Nadie iba al psicólogo, al psicopedagogo, nadie tenía dislexia ni problemas de atención ni hiperactividad, simplemente repetía y tenía una segunda oportunidad.
Teníamos libertad , fracasos , éxitos , responsabilidades, y aprendimos a manejarlos. La gran pregunta es ¿como hicimos para sobrevivir? y sobre todo para ser las grandes personas que somos ahora.

jueves, 1 de noviembre de 2007