lunes, 14 de abril de 2008

HUELE A MADRID


Desde hace unos días, cada vez que llego a trabajar, la imagen de mi último piso en Madrid me vuelve a la retina. Cosas del olfato: en el último pedido de droguería nos han mandado el ambientador con la misma fragancia que el que usaba mi compañera de piso. Frescor de Hierbas del Bosque.

Desde pequeña, mi memoria olfativa ha sido mucho mejor que cualquier otra, pero es fácil acordarse cuando al reconocer olores del pasado, la imagen de la situación se te presenta nítida como una fotografía. Y todo ello a pesar de mi, en principio, mala relación con los olores: no soporto los olores fuertes, y no sólo hablo de los desagradables. Un olor intenso, sea bueno o malo (aqui también habría mucho que escribir) me provoca mareos, naúseas y más. Yo prefiero que las cosas no huelan, o al menos que su olor no lo inunde todo.

No puedo estar junto a una persona que haya abrazado el bote de colonia (menos aún si está peleada con él, o lo que es peor, con el agua). No me gusta el olor a gasolina, ni a pintura. No me gusta llegar a casa y, desde el portal, saber qué va a comer cada vecino. A pesar de todo ello, no estoy peleada con mi sentido olfativo, todo lo contrario; es que mi nariz necesita intuir y buscar esos aromas, no que se los metan a la fuerza.

EN LA COCINA. Soy una amante de las especias, eso sí, en su justa medida. Es a través del olfato y no del gusto como pruebo la comida mientras la cocino. Soy capaz de extraer un alto porcentaje de los ingredientes de una receta tan sólo oliendo.

EN LAS PERSONAS. Las suelo recordar por su olor. Sí, y digo su olor y no su perfume, en primer lugar porque una misma fragancia huele distinto según la persona que la use. Y en segundo lugar, porque a cada uno yo les asocio un olor, normalmente el del perfume que habitualmente usan, pero también aquel que probaron sólo una vez pero fue el que se me quedó grabado. Así, Jesús huele a Jop, me imagino que ya habrá cambiado, pero cada vez que coincido con ese olor -rara vez debo decir-, huelo a Jesús. Somaya es Lolita Lempika, Yaiza/Ángel, Antonio/GEF, Laura/Noa, mamá/Organza, mi hermano, jaja, no sé lo que me pasa pero cada vez que huelo el Reflex me acuerdo de mi hermano (se me quedaría grabado ese olor en su época de esginces y contracturas)...

Un perfume no te debe delatar nada más abrir la puerta, desde estar en su justa medida y ser sutil, que no te huela nada más que quien te debe oler cuando se acerquen a ti para saludarte, darte un abrazo y que sea en el contacto directo en el que descubra ese tu esencia que no va a olvidar jamás. Yo, después de varios años de búsqueda, he encontrado el mio.

Hay olores que tiene la facultad de ponerme de mal humor (por eso mejor ni nombrarlos) y otros que evocan recuerdos y sensaciones muy agradables. El olor a yerba recién cortada, a tierra mojada, a pan recién hecho, a libro nuevo, sábanas limpias, el olor a cloro en verano, azahar y romero, brisa de mar, piruleta de corazón, té moruno, la piel de un bebé, periódico, pastas de té..........

¿Cuál o cuales son tus olores?

6 comentarios:

Ana dijo...

Yo no disfruto tanto de los olores como tu, me gusta mas lo que te entra por la vista acompañada de las melodías de la vida... el susurro del viento, el cantar del agua, la serenidad del silencio. Los colores del cielo al atardecer, al amanecer.. todo tiene su identificación.. pero cuando todo falla... claro que si, el olor... Quizás un olor que me gusto especialmente y creo que siempre lo recordare fue el de mi niño recien nacido.. ese es el olor de la fortuna, el olor de la vida.

Anónimo dijo...

Inma me recuerdas, y además me da un poco de miedo, al protagonista de "El Perfume". ¿De veras me recuerdas por el olor?. Pues debo de oler a Ducados una barbaridad. Bien, muy bien, a ver si te hacer una experta en esencias y, oye, es bonito recordar la vida por el perfume de aquello que amas y tambíen, porque no decirlo por lo que odias o menos te gusta, que odiar no es bueno. Un beso

compañeradeviaje dijo...

Jo, Paco, ¿te doy miedo?. No es para tanto, no me quedo con el olor de todas las cosas pero sí que tengo una memoria asociativa en la que los olores son importantes. Por lo del ducados, ja,ja, no es tanto, peor hueje el Nobel.

@ngelito dijo...

El olfato es uno de los sentidos que mejor tengo desarrollado y del cual hago buen uso, pues sin él la vida no sería igual. Cuano estoy resfriado lo echo mucho en falta, la comida no me sabe igual, ni puedo percibir su olor antes de degustarla. No puedo oler el placentero perfume de las flores y plantas y el olor a tierra mojada, entre muchos otros. Además me ocurre como a tí, compañeradeviaje, suelo asociar olores a cosas o situaciones vividas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Nada como los sentidos para percibir la vida en toda su grandeza. Pero creo, sin embargo, que cada sentido tiene su "estrella" .Ningun sonido para el oido como el agua que brota, fresca, continua, de una fuente, el murmullo de un arroyo. Ningun paisaje para la vista como un amanecer de primavera.Ningun sabor al gusto como aquel manjar que elaboraron nuestras manos. Ninguna textura al tacto como la mejilla rosacea de la amada. Ningun olor como el humedo cabello dibujandose en su espalda. Todos se dan cita, sin embargo, en cualquier noche de amor desenfrenada; todos se engrandecen y conviven para darle forma al fruto de esa noche magica.

nivelblue dijo...

Curiosa entrada, impacta el saber que el Reflex te recuerda a tu hermano, jajajaja, más curiosos los comentarios (no soy yo al único que le das miedo :D) y más aún la "necesidad" de saber ¿cual sería mi olor? Como he dicho una entrada muy curiosa e intimista.